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A pocos días del inicio del ciclo lectivo, mientras el gobierno y la oposición patronal discuten cómo pagar la deuda externa argentina (si con los fondos del BCRA o con un ajuste brutal), los docentes hemos sido testigos en los últimos meses de una escalada inflacionaria que afecta profundamente nuestro ya magro poder adquisitivo. La suba de los precios en los productos de primera necesidad desde noviembre hasta hoy fue casi lo mismo que todo el año pasado. Ejemplos de esto son los aumentos en las verduras, lácteos, y otros artículos de la canasta alimentaria; y la carne se ha transformado en un bien de lujo para los trabajadores –sólo en los 2 últimos meses se estima que el aumento llega a un 40%–.
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Como viene sucediendo en los años anteriores, el gobierno nacional busca imponer un acuerdo –techo– salarial para todo el año, que no supere los índices de la inflación. Por eso arregló en paritarias con la CTERA una miseria de mínimo INICIAL (no Básico) de $1.740 en marzo y a $1840 en agosto, manteniendo la mitad del salario en negro. Si a esta situación de congelamiento y caída del salario real en el último año y los primeros meses de éste, le sumamos las pésimas condiciones laborales en las cuales se encuentra la docencia por el bajo presupuesto destinado a Educación y las consecuencias que trae aparejada la reforma de la nueva escuela secundaria, el cuadro que se presenta en la educación para el 2010 es insoportable.
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Mientras tanto en la provincia de Buenos Aires, Roberto Baradel y sus socios del Frente Gremial Docente, se apuran a negociar la paritaria provincial, dejando claro que no tienen el menor interés en avanzar en una lucha de conjunto de los docentes del país. El ejemplo del año pasado es una muestra: mientras la paritaria nacional cerraba en un 15%, ellos firmaban un acuerdo salarial que no superaba el 9%, dejando en evidencia su política funcional al gobierno. Pero ante el avance de la inflación que devoró rápidamente ese 9% de aumento, los docentes dieron una respuesta con paros masivos hacia fines del año pasado. Nuevamente las burocracias docentes se encargaron de llevar todo a una vía muerta (recordar el paro votado por 48 horas que la burocracia dividió en... 2 paros de 24hs), y el gobierno castigó con los descuentos por los días de paro, en los meses de diciembre del año pasado y enero de este año. Como lo vienen demostrando todos los años, CTERA, Suteba, FEB y compañía no tienen la menor intención de discutir y organizar a la docencia para luchar por su salario y demás reivindicaciones. Es por eso que nunca llaman a asambleas en las escuelas y distritos, buscando mantener a raya a la base docente y defender abiertamente la política salarial y presupuestaria del gobierno.
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No debemos depositar ninguna confianza en los Baradel, Petrocini, Maldonado y compañía, que están esperando la primera oportunidad para entregar nuestro salario y demás reivindicaciones a cambio de migajas. Es perentorio entonces que las fuerzas de oposición a la burocracia exijamos el llamado a asambleas por escuelas y distritos para discutir un plan de lucha. Hay que avanzar en organizar de hecho a la base docente en asambleas por escuela, imponiéndole a la burocracia además las asambleas distritales de afiliados y no afiliados.
Mientras tanto en la provincia de Buenos Aires, Roberto Baradel y sus socios del Frente Gremial Docente, se apuran a negociar la paritaria provincial, dejando claro que no tienen el menor interés en avanzar en una lucha de conjunto de los docentes del país. El ejemplo del año pasado es una muestra: mientras la paritaria nacional cerraba en un 15%, ellos firmaban un acuerdo salarial que no superaba el 9%, dejando en evidencia su política funcional al gobierno. Pero ante el avance de la inflación que devoró rápidamente ese 9% de aumento, los docentes dieron una respuesta con paros masivos hacia fines del año pasado. Nuevamente las burocracias docentes se encargaron de llevar todo a una vía muerta (recordar el paro votado por 48 horas que la burocracia dividió en... 2 paros de 24hs), y el gobierno castigó con los descuentos por los días de paro, en los meses de diciembre del año pasado y enero de este año. Como lo vienen demostrando todos los años, CTERA, Suteba, FEB y compañía no tienen la menor intención de discutir y organizar a la docencia para luchar por su salario y demás reivindicaciones. Es por eso que nunca llaman a asambleas en las escuelas y distritos, buscando mantener a raya a la base docente y defender abiertamente la política salarial y presupuestaria del gobierno.
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No debemos depositar ninguna confianza en los Baradel, Petrocini, Maldonado y compañía, que están esperando la primera oportunidad para entregar nuestro salario y demás reivindicaciones a cambio de migajas. Es perentorio entonces que las fuerzas de oposición a la burocracia exijamos el llamado a asambleas por escuelas y distritos para discutir un plan de lucha. Hay que avanzar en organizar de hecho a la base docente en asambleas por escuela, imponiéndole a la burocracia además las asambleas distritales de afiliados y no afiliados.
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Agrupación Docente Carlos Fuentealba
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