Ante el intento de aumento del comedor universitario y la falta de perspectiva independiente de la conducción de APU
Desde la Agrupación Carlos
Fuentealba queremos repudiar el intento de aumento del comedor universitario,
situación que no fue dada a conocer públicamente por la conducción de nuestro
gremio. Este aumento constituye un elemento de ajuste que es acompañado con la
triste colaboración de la conducción de APU, haciendo una vez mas de comparsa
de la política de la patronal, sin siquiera consultarnos a los trabajadores.
Tal es la vergonzosa actuación de la conducción del gremio que ni siquiera
socializan la información, teniéndonos que enterar por terceros del paupérrimo
papel que cumplieron en la comisión de comedor: ante la propuesta de la
patronal de subir el menú un 30% ellos proponían...¡un 20%!. Es decir, la
“propuesta” de APU frente al intento de aumento del comedor va en el mismo
sentido que las necesidades de la gestión Morea y las políticas del gobierno
nacional de Cristina K de descargar el ajuste sobre los trabajadores (ejemplo
de esto es el techo salarial que pretende imponer el gobierno nacional para el
año que viene y su política de atar la suba del mínimo no imponible del
impuesto a las ganancias a lo conseguido en las paritarias).
Frente a esto, ¿donde esta el gremio democrático que supimos construir?, ¿porqué APU no llama a asamblea para que discutamos este aumento y nuestra posición como gremio?. Esto se debe principalmente debido a los compromisos políticos que tienen con la patronal, pues tanto la conducción del gremio como la patronal son parte de un partido ajeno y contrapuesto a los intereses de los trabajadores como es el FAP (PS- GEN- Libres del Sur, etc). Tenemos que estar atentos porque se viene un año electoral y nosotros nos preguntamos que va a hacer la Comisión Directiva de APU, ¿va a hacer la plancha como hizo en el 2011 para cuidar la candidatura de Morea y compañía?. A esta altura debemos decir que esto depende pura y exclusivamente de las bases, es decir, de todos nosotros.
Tomemos la enseñanza que nos dejó la gran lucha de este año. Le tuvimos que arrancar asambleas al gremio mediante una juntada de firmas, fuimos a la lucha con un pliego de reivindicaciones en la que lo más destacado fue el paliativo salarial, donde también figuraban el ingreso de personal, la situación edilicia del Illia, el hacinamiento de personal en diversas oficinas. Es decir que integramos una serie de problemáticas que hacen al conjunto de los trabajadores, afirmando los vínculos solidarios, a diferencia de lo que hace el gremio cotidianamente: atomizar cada uno de los distintos problemas de manera tal que queden aislados, pudiendo de esta manera controlar a la base, desarticulando la solidaridad entre los trabajadores y que la sangre nunca llegue al río. Por ejemplo cuando tomaron únicamente la situación de la falta de personal en la Secretaría de Extensión Universitaria (SEU) del Rectorado, dejando en el olvido el relevamiento realizado por el Cuerpo de Delegados que mostró que el faltante de personal es de ¡¡¡159 trabajadores en prácticamente todos los sectores!!! (de paso remarquemos que la última asamblea por ingreso de personal fue una exigencia nacida desde el Cuerpo de Delegados y que lo que allí se votó, es decir el pedido de ingreso inmediato de 159 compañeros fue dejado en el olvido por la conducción, lo mismo que el estado de asamblea permanente que allí también se votó) "Divide y reinarás" diría contento Morea.
La cuestión es que durante la lucha que llevamos adelante los trabajadores universitarios este año llegado un punto la situación se les empezó a ir de las manos. Donde desde la CD de APU mocionaban paros aislados de 48hs los compañeros de base proponíamos paros progresivos de 72hs. Donde ellos proponían movilización al comedor nosotros proponíamos al rectorado, ¡y ganábamos las mociones!. Cuando desde la CD de APU fijaron continuación de asamblea en el complejo, los compañeros del rectorado se autoconvocaron y la CD tuvo que levantar la asamblea en el complejo porque la mayoría de los compañeros íbamos a ir al rectorado. En síntesis, la conducción de APU pretendía medidas aisladas, dilatorias y desmovilizantes. Evidentemente la Naranja (conducción de nuestro gremio) tomó nota que las asambleas son un ámbito desfavorable para su política de colaboración con la patronal ya que contienen el peligro de ser desbordados por la base, por eso le huyen como a la peste. Todo esto es una muestra palpable de como la conducción está dando pasos agigantados en convertirse en una burocracia sindical si no lo son ya. Esto es ser cadena de transmisión de los intereses de la patronal al interior de las organizaciones de los trabajadores. Esto lo podemos ver en tantos gremios que defienden más los intereses de los distintos sectores políticos antes que las necesidades de los trabajadores (Suteba, UPCN, ADUM, ATE, etc.). Es el peligro de perder la independencia frente a los gobiernos y la patronal.
Con el argumento de conseguir pequeñas conquistas manteniendo el diálogo se empieza a rifar la independencia de clase, y la democracia de los trabajadores comienza a ser una molestia a esta política "dialoguista", se acusa de "zurdos" y "quilomberos" que solo buscan el conflicto por el conflicto a quienes defendemos las asambleas como método de decisión para la lucha. No nos olvidemos que mientras la comisión directiva no llamó a asambleas para que los trabajadores discutamos si nos sumamos al paro nacional de la CGT- CTA o enfrentamos el aumento del comedor universitario, si llamó a una movilización sin consultar con nadie en la que estuvo codo a codo con el secretario político de la gestión Morea, Albertito Rodríguez.
Por todo esto, cuando decimos que la Naranja es una conducción en vías de convertirse en una burocracia sindical, lo hacemos desde una perspectiva de clase, es decir, de defensa de la independencia de los gobiernos y la patronal y en defensa de la democracia de los trabajadores, de las asambleas como método de decisión para la lucha. Lo que consigamos debe ser fruto de lo decidido de manera colectiva y no de una negociación entre cuatro paredes donde nadie se entera de lo que se habla. De esta manera lo que vayamos consiguiendo será fruto del esfuerzo colectivo y, por lo tanto, mas difícil que nos lo quiten. Pero además dejará como saldo una mayor unidad y organización de todos los trabajadores y reforzara los lazos solidarios ante el "sálvese quien pueda" que siempre propone la patronal.
Frente a esto, ¿donde esta el gremio democrático que supimos construir?, ¿porqué APU no llama a asamblea para que discutamos este aumento y nuestra posición como gremio?. Esto se debe principalmente debido a los compromisos políticos que tienen con la patronal, pues tanto la conducción del gremio como la patronal son parte de un partido ajeno y contrapuesto a los intereses de los trabajadores como es el FAP (PS- GEN- Libres del Sur, etc). Tenemos que estar atentos porque se viene un año electoral y nosotros nos preguntamos que va a hacer la Comisión Directiva de APU, ¿va a hacer la plancha como hizo en el 2011 para cuidar la candidatura de Morea y compañía?. A esta altura debemos decir que esto depende pura y exclusivamente de las bases, es decir, de todos nosotros.
Tomemos la enseñanza que nos dejó la gran lucha de este año. Le tuvimos que arrancar asambleas al gremio mediante una juntada de firmas, fuimos a la lucha con un pliego de reivindicaciones en la que lo más destacado fue el paliativo salarial, donde también figuraban el ingreso de personal, la situación edilicia del Illia, el hacinamiento de personal en diversas oficinas. Es decir que integramos una serie de problemáticas que hacen al conjunto de los trabajadores, afirmando los vínculos solidarios, a diferencia de lo que hace el gremio cotidianamente: atomizar cada uno de los distintos problemas de manera tal que queden aislados, pudiendo de esta manera controlar a la base, desarticulando la solidaridad entre los trabajadores y que la sangre nunca llegue al río. Por ejemplo cuando tomaron únicamente la situación de la falta de personal en la Secretaría de Extensión Universitaria (SEU) del Rectorado, dejando en el olvido el relevamiento realizado por el Cuerpo de Delegados que mostró que el faltante de personal es de ¡¡¡159 trabajadores en prácticamente todos los sectores!!! (de paso remarquemos que la última asamblea por ingreso de personal fue una exigencia nacida desde el Cuerpo de Delegados y que lo que allí se votó, es decir el pedido de ingreso inmediato de 159 compañeros fue dejado en el olvido por la conducción, lo mismo que el estado de asamblea permanente que allí también se votó) "Divide y reinarás" diría contento Morea.
La cuestión es que durante la lucha que llevamos adelante los trabajadores universitarios este año llegado un punto la situación se les empezó a ir de las manos. Donde desde la CD de APU mocionaban paros aislados de 48hs los compañeros de base proponíamos paros progresivos de 72hs. Donde ellos proponían movilización al comedor nosotros proponíamos al rectorado, ¡y ganábamos las mociones!. Cuando desde la CD de APU fijaron continuación de asamblea en el complejo, los compañeros del rectorado se autoconvocaron y la CD tuvo que levantar la asamblea en el complejo porque la mayoría de los compañeros íbamos a ir al rectorado. En síntesis, la conducción de APU pretendía medidas aisladas, dilatorias y desmovilizantes. Evidentemente la Naranja (conducción de nuestro gremio) tomó nota que las asambleas son un ámbito desfavorable para su política de colaboración con la patronal ya que contienen el peligro de ser desbordados por la base, por eso le huyen como a la peste. Todo esto es una muestra palpable de como la conducción está dando pasos agigantados en convertirse en una burocracia sindical si no lo son ya. Esto es ser cadena de transmisión de los intereses de la patronal al interior de las organizaciones de los trabajadores. Esto lo podemos ver en tantos gremios que defienden más los intereses de los distintos sectores políticos antes que las necesidades de los trabajadores (Suteba, UPCN, ADUM, ATE, etc.). Es el peligro de perder la independencia frente a los gobiernos y la patronal.
Con el argumento de conseguir pequeñas conquistas manteniendo el diálogo se empieza a rifar la independencia de clase, y la democracia de los trabajadores comienza a ser una molestia a esta política "dialoguista", se acusa de "zurdos" y "quilomberos" que solo buscan el conflicto por el conflicto a quienes defendemos las asambleas como método de decisión para la lucha. No nos olvidemos que mientras la comisión directiva no llamó a asambleas para que los trabajadores discutamos si nos sumamos al paro nacional de la CGT- CTA o enfrentamos el aumento del comedor universitario, si llamó a una movilización sin consultar con nadie en la que estuvo codo a codo con el secretario político de la gestión Morea, Albertito Rodríguez.
Por todo esto, cuando decimos que la Naranja es una conducción en vías de convertirse en una burocracia sindical, lo hacemos desde una perspectiva de clase, es decir, de defensa de la independencia de los gobiernos y la patronal y en defensa de la democracia de los trabajadores, de las asambleas como método de decisión para la lucha. Lo que consigamos debe ser fruto de lo decidido de manera colectiva y no de una negociación entre cuatro paredes donde nadie se entera de lo que se habla. De esta manera lo que vayamos consiguiendo será fruto del esfuerzo colectivo y, por lo tanto, mas difícil que nos lo quiten. Pero además dejará como saldo una mayor unidad y organización de todos los trabajadores y reforzara los lazos solidarios ante el "sálvese quien pueda" que siempre propone la patronal.
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